Rebelde sin causa
Desde el principio de los días, prácticamente, la gente que me conoce (o dice conocerme, o los que, sencillamente, tienen títulos heredados) ha dicho que tengo problemas para relacionarme con la gente. Y que soy, pongámoslo en términos coloquiales, amargo y mala onda. Rebelde, también me dijeron (aunque no lo parezca, lo dijeron como si fuera una condición repudiable, lo que, después de todo, es perfectamente esperable). Que le busco la vuelta a todo, que soy complicado, y algunas otras cosas más.
Y fue mucho tiempo y mucha gente, y yo aprendí a creerlo. Y finalmente lo creí. Y para no sonar soberbio voy a suponer que, después de todo, algo de razón deben tener: soy un rebelde, amargo y mala onda, y hay pilas infinitas de cosas que no me banco. Y todas, todas, todas esas cosas, vienen de la gente. No me joden los animales ni las plantas, ni el cielo, el sol o la lluvia. Me gusta el aire, sea frío o caliente, el mar, los ríos, playas y montañas, las nubes, los rayos y los truenos. La luna y las esterllas, y todo el universo, galaxias, lo que sea, todo me gusta. La tierra, las piedras, el agua, el fuego, todos son mis amigos. Y sin embargo, hay mucha, mucha gente, que no me gusta. Y muchas cosas, de esas y otras gentes, que no me gustan. Y esto, que nació bienintencionado, tratando de ser sólo un comentario de color, una zonzera, una escena cotidiana, una pequeñez de un día normal, una reflexión casi inocente, se está volviendo, ya me doy cuenta, en un ladrido intestino.
Como muchos saben, trabajo en una oficina, que es uno de esos lugares con muchas personas juntas, eligidas con casi ningún criterio (en el mejor de los casos, alguno de índole laboral habrá). Y en las oficinas es habitual que la comunicación, de existir, sea por escrito y de manera impersonal, antes que te-a-tet y con nombre y apellido. Cuando sí suele haber nombre y apellido es cuando dos o más se juntan, sea en un pasillo o un box, a hurtadillas, o un baño, o simplemente aprovechando una ausencia, y hablan mal de alguien. Y la verdad, todos hablan mal de alguien. En realidad, todos hablan mal de todos. Y yo también. Aunque, en general, en sus caras -las consecuencias de esta conducta no son de la incumbencia de nadie-.
Temprano esta mañana, llegó este mail:
"Asunto: casamiento de Marcelo.
Consulta, hacemos una colecta y le damos los fondos? Ya preguntaron de otras oficinas para poner $$$
Espero comentarios e ideas.
Saludos"
"Qué Marcelo?", pregunté, y no era un chiste: hay tres de esos acá, y no estaba al tanto de que ninguno se casara. Sin embargo, parece que uno sí se casaba. Se casa Marcelo, el mismo que.Y no lo pude evitar:
-Van a poner plata para el casamiento de un pibe que ni te avisó que se casaba?
-Y…
-Y qué? Qué, es amigo tuyo? Te interesa si se casa o se deja de casar? Le interesás vos a él, o tu presencia en su casamiento, o algo?
-Bueno, pero… si siempre ponemos para los cumpleaños y casamientos…
-De eso hablamos mil veces ya, justamente! Un regalo no es una muestra de… algo dentro de la blsa del, como mínimo, cariño? O vos le tenés cariño a Marcelo…?
-Y bueh…
-Sí, bueh…
Por suerte la conversación es interrumpida por alguien que viene a preguntar qué Marcelo se casa.
-Ché, sabés qué estaría bueno? Que además de juntar la plata, le compren una tarjeta, y ahí le pongan todo lo que dicen de él cuando no está.
No hubo respuesta. A veces no sé si pensar que el que calla te da la razón, o te cree imbécil. En este caso, amas eran la misma cosa.
Treinta minutos más tarde, llegaba esto:
"Asunto: Casamiento
Queridos compañeros.
Quiero participarlos en mi casamiento a efectuarse el próximo miércoles XX de XX a las 11.30 hs en el Registro XX (XX y YY) a las 11.30 hs.
Un fuerte abrazo a todos
Marcelo. "
Imaginen cuál habrá sido mi sorpresa, mi eomción, cuán atónito habré quedado, que recién ahora, en ocasión de copiarlo aquí, reparo en la redacción. "Queridos" ya es mucho (y en todo caso, la forma de estilo es "Estimados"). "Compañeros", igual; mucho podría escribirse sobre el significado de esa palabra, y del compañerismo, y yo no voy a hacerlo aquí (al menos no ahora), pero déjenme decirles que deso, acá, nada, nunca. Que nos abrace, y fuerte, tal vez viene a disimiular el hecho, casi anecdótico, completamente paradójico, de que el casamiento (y esto se encarga de dejarlo bien en claro) ocurre en la mitad de nuestro horario laboral.
La conclusión de todo esto, la expongo aunque no haga falta, es que todos ponen plata para el casamiento de Marcelo. Y yo no. Porque soy un rebelde, antisocial, amargo, mala onda...
Y fue mucho tiempo y mucha gente, y yo aprendí a creerlo. Y finalmente lo creí. Y para no sonar soberbio voy a suponer que, después de todo, algo de razón deben tener: soy un rebelde, amargo y mala onda, y hay pilas infinitas de cosas que no me banco. Y todas, todas, todas esas cosas, vienen de la gente. No me joden los animales ni las plantas, ni el cielo, el sol o la lluvia. Me gusta el aire, sea frío o caliente, el mar, los ríos, playas y montañas, las nubes, los rayos y los truenos. La luna y las esterllas, y todo el universo, galaxias, lo que sea, todo me gusta. La tierra, las piedras, el agua, el fuego, todos son mis amigos. Y sin embargo, hay mucha, mucha gente, que no me gusta. Y muchas cosas, de esas y otras gentes, que no me gustan. Y esto, que nació bienintencionado, tratando de ser sólo un comentario de color, una zonzera, una escena cotidiana, una pequeñez de un día normal, una reflexión casi inocente, se está volviendo, ya me doy cuenta, en un ladrido intestino.
Como muchos saben, trabajo en una oficina, que es uno de esos lugares con muchas personas juntas, eligidas con casi ningún criterio (en el mejor de los casos, alguno de índole laboral habrá). Y en las oficinas es habitual que la comunicación, de existir, sea por escrito y de manera impersonal, antes que te-a-tet y con nombre y apellido. Cuando sí suele haber nombre y apellido es cuando dos o más se juntan, sea en un pasillo o un box, a hurtadillas, o un baño, o simplemente aprovechando una ausencia, y hablan mal de alguien. Y la verdad, todos hablan mal de alguien. En realidad, todos hablan mal de todos. Y yo también. Aunque, en general, en sus caras -las consecuencias de esta conducta no son de la incumbencia de nadie-.
Temprano esta mañana, llegó este mail:
"Asunto: casamiento de Marcelo.
Consulta, hacemos una colecta y le damos los fondos? Ya preguntaron de otras oficinas para poner $$$
Espero comentarios e ideas.
Saludos"
"Qué Marcelo?", pregunté, y no era un chiste: hay tres de esos acá, y no estaba al tanto de que ninguno se casara. Sin embargo, parece que uno sí se casaba. Se casa Marcelo, el mismo que
-Van a poner plata para el casamiento de un pibe que ni te avisó que se casaba?
-Y…
-Y qué? Qué, es amigo tuyo? Te interesa si se casa o se deja de casar? Le interesás vos a él, o tu presencia en su casamiento, o algo?
-Bueno, pero… si siempre ponemos para los cumpleaños y casamientos…
-De eso hablamos mil veces ya, justamente! Un regalo no es una muestra de… algo dentro de la blsa del, como mínimo, cariño? O vos le tenés cariño a Marcelo…?
-Y bueh…
-Sí, bueh…
Por suerte la conversación es interrumpida por alguien que viene a preguntar qué Marcelo se casa.
-Ché, sabés qué estaría bueno? Que además de juntar la plata, le compren una tarjeta, y ahí le pongan todo lo que dicen de él cuando no está.
No hubo respuesta. A veces no sé si pensar que el que calla te da la razón, o te cree imbécil. En este caso, amas eran la misma cosa.
Treinta minutos más tarde, llegaba esto:
"Asunto: Casamiento
Queridos compañeros.
Quiero participarlos en mi casamiento a efectuarse el próximo miércoles XX de XX a las 11.30 hs en el Registro XX (XX y YY) a las 11.30 hs.
Un fuerte abrazo a todos
Marcelo. "
Imaginen cuál habrá sido mi sorpresa, mi eomción, cuán atónito habré quedado, que recién ahora, en ocasión de copiarlo aquí, reparo en la redacción. "Queridos" ya es mucho (y en todo caso, la forma de estilo es "Estimados"). "Compañeros", igual; mucho podría escribirse sobre el significado de esa palabra, y del compañerismo, y yo no voy a hacerlo aquí (al menos no ahora), pero déjenme decirles que deso, acá, nada, nunca. Que nos abrace, y fuerte, tal vez viene a disimiular el hecho, casi anecdótico, completamente paradójico, de que el casamiento (y esto se encarga de dejarlo bien en claro) ocurre en la mitad de nuestro horario laboral.
La conclusión de todo esto, la expongo aunque no haga falta, es que todos ponen plata para el casamiento de Marcelo. Y yo no. Porque soy un rebelde, antisocial, amargo, mala onda...
36 opiniones:
qué razón tenía yo cuando decía que usted era de lo más simpático... qué bien que me cae usté, don Subju. usté y todas sus malasondas.
Así que Ud. es el Pitufo gruñón, ¿eh? jeje capaz que con esto lo pongo de peor humor...
Pero no puedo dejar de estar de acuerdo con Ud. Yo también trabajo en una oficina y me tienen las bolas llenas de casmientos y nacimientos (no sólo de hijos, ahora también de nietos!!).
Y claro, como yo no estoy casado sino arrejuntado, y los niños no están en los planes, pues nadie me regala nada!!!
BASTA A LOS REGALOS POR COMPROMISO
no sos rebelde sin causa, sos expresador CON causa
qué lindo el comentario de peluda
Gerund, gracias, pero yo soy cualquier cosa menos simpático.
Fodor, hagamos causa común!
Desde el punto de vista ético, el regalo por compromiso apesta, nada de afecto va incluído en él.
Pero incluso desde el punto de vista financiero es una idiotez: usté pone, suponga, $10 el cumpleaños de cada uno de sus 10 "compañeros", para que dentro de un año, le devuelvan todo ese dinero que puso, y sin siquiera un punto de interés, capitalización ni CER!!
Peluda, se agradece.
Y a tomar por culo, malditos "compañeros"
(esa es para vos, gallego, viste?)
S.
... hace años que abandoné esta lucha, pero qué carajo, una vez más, que es Ud. peleador, y por ahí nos entretenemos un rato:
de gallego nada, CATALAN, Carajo!
jejejejeje la que se viene...
Já, Catalán!
(Si supiera algo sobre los Catalanes y los Gallegos, y sus diferencias, ahí arriba habría alguna chanza socarrona, pero soy un ignorante; aún no memoricé la capital de Ruman(í)a)
Seguro que vos te viniste acá porque a las chicas el zezeo ibérico las derrite, y estás en Mendoza con un harén de féminas sodomisadas.
Bueno, tal vez no tanto...
Catalán... como "Pito Catalán"!!
S.
Efectivamente,
el famoso pito catalán ... es el mío.
De oficinas nada sé, pero en el colegio donde trabajo el modus operandi es el mismo: pesos diez por cabeza. En una ocasión me atreví a proponer lo siguiente:
"Digo yo, no sería mejor que cada una guardara la plata que aporta para regalos y pudiera elegir algo que realmente le guste, en vez de alguna pedorrada que eligieron completos desconocidos y que termina en un cajón en el mejor de los casos?" (desde luego que en su versión original "pavada" ocupó el lugar de "pedorrada", dado que la más joven de mis "compañeras" suma cincuenta primaveras en su haber y no había tanta confianza por aquel entonces)
Luego de que algunas rieran al son de un "qué ocurrente!" y volvieran a sus puestos de trabajo, una de mis colegas esbozó una sonrisa y dijo "yo por eso me cuido siempre de pedir que me compren un libro, así por lo menos lo puedo cambiar"
De más está decir que, llegado mi turno, recibí un book token de Kel. Si no puedes contra el sistema, encuéntrale la vuelta.
80p.
Cuando dijo que se cuidaba de pedir un libro, pensé por un momento que si pedías que te compren algo en particular, las muy conchudas te regalaban otra cosa; pero no, había que pedir a viva voz.
80p.
Bueno, claro, lo que Ud dice, 80p, es lo más sensato, y yo hice oportunamente sugerencias del estilo. Respuestas del estilo recibí, claro.
Y lo peor del asunto es que, tras infinitas disputas por ver en qué debe consistir el regalo, terminaron decidiendo que lo más práctivo era que el agasajado eligiera su regalo: te doy la guita y arreglate. Más despojado de afecto que eso, más impersonal que eso, más berreta que eso... no sé...
De hecho, los últimos cumpleaños, me encargué de encargarle a uno de los "compañeros" que resulta ser mi amigo, que bajo ningún concepto permitiera que juntaran dinero para mi regalo. No lo hicieron, y fue el mejor no-regalo que jamás me hicieron. (Porque encima de todo, si te lo hacen, lo tenés que agradecer!)
Yo podría hacer como Ud, y unírmeles, pero resulta que, como el título lo indica, soy rebelde.
S.
Bueno, claro, lo que Ud dice, 80p, es lo más sensato, y yo hice oportunamente sugerencias del estilo. Respuestas del estilo recibí, claro.
Y lo peor del asunto es que, tras infinitas disputas por ver en qué debe consistir el regalo, terminaron decidiendo que lo más práctivo era que el agasajado eligiera su regalo: te doy la guita y arreglate. Más despojado de afecto que eso, más impersonal que eso, más berreta que eso... no sé...
De hecho, los últimos cumpleaños, me encargué de encargarle a uno de los "compañeros" que resulta ser mi amigo, que bajo ningún concepto permitiera que juntaran dinero para mi regalo. No lo hicieron, y fue el mejor no-regalo que jamás me hicieron. (Porque encima de todo, si te lo hacen, lo tenés que agradecer!)
Yo podría hacer como Ud, y unírmeles, pero resulta que, como el título lo indica, soy rebelde.
S.
Usted es simpático, déjese de hacerse el duro. Pasa que es una simpatía no común, no fácil, no obvia. Pero es simpático. Sino no habría gente posteando comentarios a favor suyo de usted aquí.
¡Ah, si le contara de las picas entre gallegos y catalanes que escuché en Barcelona!
Yo no hago ningún tipo de regalo por compromiso. Ni siquiera en cumpleaños de gente muy cercana, como mi madre o mi hermano. Ya nadie espera nada de mí en esas fechas. No es que no quiera, es que se me hace dificilísimo encontrar el regalo justo, apurado porque te corre la fecha.
Entonces no regalo nunca nada en ninguna fecha clave, pero sí cuando voy caminando por la calle y veo algo que me hace decir "uy, qué bueno esto para tal persona". Y lo compro y se lo regalo porque sí y en cualquier época del año.
Para mí ése es un verdadero regalo: una sorpresa porque sí en cualquier día del año.
Saludos...
Gerund, justo cuando estaba por ponerle que no exagere, que son los mismos cuatro de siempre, sin Romau siquiera, aparece Peanuts! En fin, no digo nada entonces...
Peanuts!, no creo que haya nadie que se atreva a contradecirle. Lo que Ud hace está muy bien, y creáme que no está sola en esta empresa, pero lamentablemente, es un grupo muy selecto. Si juntamos dos más, yo creo, podemos empezar la revolución.
Y entre los tantísisisisimos temas que pueden surgir de este asunto, me da preguntar:
Cuál sería el criterio para decidir cuánto se pone para el regalo?
Flor de mogollón he armado, tronco!
S.
ve que tengo razón (para variar)?
deje de tratar de "hablar en español", aparato. que no te sale, tío, que no te sale.
jijiji
=(
vamos, tío, anda, no te pongas así, que era un chiste.
le sale bien, le sale bien en serio!
:)
Pero no olvide que usted, para quienes no hacemos regalos por compromiso, lejos de resultarnos amargo, nos parece un tipo copado, agradable y simpático.
Y para que valga la pena la anécdota, calcule cuánto hubiese puesto para ese regalo y, la misma noche del casamiento de ese tal Marcelo, disfrútela como más le agrade, en usted o en otros.
Y se siguen sumando votos a mi favor... Voy a lanzar mis campañas:
- El Subju que todos llevamos dentro;
- Club de Amigos de Subjuntivo;
- Haga patria, adopte un Subjuntivo.
:)
Gerund, no lo tome a mal, pero mejor esperamos a que Fodor me diga si me sale o no, vale?
Peanuts!, atrasado (yo, no usted) gracias por pasar, sea bienvenida siempre! (traer facturas de vez en cuando no estaría mal)
Lucho, gracias por pasar a vos también (si Peanuts trae las facturas, capaz vos puedas traer tortafritas).
Estoy empezando a creer que es cierto esto de que somos varios, y el´único problema es que, quiso el destino, no estemos todos en la misma oficina: lindos cumpleaños haríamos!
Eso de pensar en dinero pseudoahorrado, para luego despilfarrarlo, me encantó. Y en un ataque de odio recalcitrante, lo agarro a Marcelo (o algún equivalente) y le espeto:
"Sabés cuántos Arlt me compro con tu regalo de casamiento?!"
Gerund (bis), Club de Amigos de Subjuntivo me gustó. También podríamos hacer alguna variante de la Liga de la Justicia (que ajusticia pelotudos)
S.
Si armaramos una Liga de la justicia (gran idea, muy necesaria por estos días), y estuvieramos en una oficina juntos, seguramente nos haríamos regalos, como buena Ley de Murphy. Pero sería de buena onda, porque de seguro nos llevaríamos bien debido a que compartimos nuestra visión... Hasta, quién sabe, tal vez no haríamos regalos ridículos o divertidos o baratísimos pero justos para la persona (por ejemplo, un Snickers, una coca y una Fierro para usted).
kiss kiss hug hug
UN fierro, mi querida, vale más que sea UN fierro...
_________________________________
Regla básica #x de la convivencia en la oficina:
si querés escuchar música, ponete auriculares.
_________________________________
S.
Subjuntivo,
los exámenes de galleguez los tomo todos los sábados de 10 a 14 en la Peatonal Sarmiento de Mendoza.
Inscripciones en The Happiest Corpse, hasta el jueves a las 20:30.
Si aprueba Ud., junto con el título regalamos una boina.
Pasaré por ahí en cuanto pueda ir a Mendoza. O mandaré a mi corresponsal (que ahora mismo está vacacionando allí)
Respecto de la boina, es a la gallega o a la catalana?
Ala, ala, blancas palomitas!
S.
La boina puede ser gallega o vasca. Catalana, le puedo regalar una barretina ¿sí?
soco, me parece que es hala, hala.
también me parece que tiene un problema con la hache usted...
Ehh, sí, una de esas quiero, una barre-eso, gracias.
Gerund, tal vez la hache quien tiene problemas conmigo, no lo pensó?
Igual, para que la voy a escribir, si no se pronuncia!
(en casos desesperados siempre puede recurrirse a argumentos esúpidos pero bien popularizados)
S.
Gabriel Subjuntivo Máquez, sos vos? No te había reconocido con el jopo y los cuarenta años menos!
ji ji
Aparecí simplemente para que no vuelva a decir "sin Romau siquiera"
Me cayó simpático el talanca, pero hasta ahora vengo llegando tarde... pero ya estoy volviendo.
A donde mando la suscripción para ser parte de La Liga de la Justicia??? Igual me gustaría más que fuera "La Liga que Ajusticia" tiene más actitud.
G, sí, estoy muy cambiado desde que descubrí a Osho y a Bucay.
Romau, vuelva a ser bienvenido para atrás.
Puede asociarse online en http://malasondas.blogspot.com
-un post sobre esto está en la cocina-
S.
Ahora que lo pienso muy seriamente recuerdo haberte tildado de "rebelde" en alguna oportunidad... Shame on me!!! pero teniendo en cuenta mis experiencias en esta vida, no creo que yo sea la persona más indicada para hablar de rebeldía justamente.No te parece??
Estuve leyendo comentarios y me adhiero (si se me permite) a la definición de "Expresador con causa" Qué tal, eh??
Ahora... yo no puedo entender por qué todavía no te convencés de que la simpatía es uno de tus dones.Una vez te dije: Vos sí que sos símpatico!!!! y no me canso de repetirlo.Lo que pasa es simplemente que elegís con que gente querés aplicar tu simpatía. Yo me sumo a la campaña y pongo votos a tu favor!! Definitivamente sos simpático,te lo decimos todos nada más te lo tenés que creer vos!!! =D
Bueno... alguna vez tenía que firmar, no??
Besos!!!
A.
jajajaaj me parece genial lo que hiciste...sos un tipo valiente
A., sería como un simpático selectivo!
De cualquier modo, la simpatía y la rebeldía no son opuestas, capaz que tengo ambas. Si en el barrio ya se comenta... "mirá, ahí va el simpático!"
Bubi, me dijeron muchas cosas en esta vida, pero valiente creo que nunca!
(voy a avisar en el barrio...)
S.
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