Todos tenemos una espina clavada en algún lugar. Como un nervio que se acomoda, y de a ratos no, y hace doler, todos tenemos un punto, un algo.

Los más (¿menos?) afortunados lo tienen donde no molesta, a no ser de vez en cuándo; y una simple medicación casera, un movimiento, un pensamiento, un brewve descanso, puede aliviarlo, y volverlo a su lugar. Otros, en otros lugares alojan esas mismas espinas, y duele más a menudo, a algunos más, a otros menos.

Y a veces los primeros se sienten superiores, o más afortunados que los segundos. Y de a ratos no. Y a veces los segundos, más miserables que los primeros. Pero después de todo, cuando todos se permiten pensarlo un poco, y esto pasa poco, estamos todos tan en la misma que es para llorar. Nada más que algunos pueden llorar, y otros no.

1 opiniones:

Miriam | noviembre 06, 2012 12:39 a.m.

"Todos tenemos una espina clavada en algún lugar. Como un nervio que se acomoda, y de a ratos no"
En estas 19 palabras, está todo.Tienen tanta fuerza que, uno puede sentir la espina abriéndose camino por la carne.Maravillosa prosa poética.