La miseria

,... pero es así... los hombres están tan tristes que tienen necesidad de ser humillados por alguien.
—Yo no veo tal cosa.
—Claro, usted con su sueldo. ¿Qué sueldo gana usted? ¿Quinientos?
—Más o menos.
—Claro, con ese sueldo es lógico...
—¿Qué es lógico?
—Que no sienta su servidumbre.
El capitán detuvo una mirada severa en Erdosain.
—Germán, no le haga caso –interrumpió Elsal. Remo está siempre con esa historia de la angustia.
—¿Es cierto?
—Sí... ella, en cambio, cree en la felicidad, en el sentido de "eterna felicidad" que estaría en su vida si pudiera pasar los días entre fiestas...
—Detesto la miseria.
—Claro, porque vos no creés en la miseria... la horrible miseria está en nosotros, es la miseria de aden... del alma que nos cala los huesos como la sífilis. Callaron. El capitán, ostensiblemente aburrido,
naba sus uñas, cuidadosamente lustradas.


Los siete locos, Roberto Arlt

1 opiniones:

gerund | enero 17, 2009 2:24 a.m.

Y... si puede soñar que hereda trescientos millones...






(estba perdido)